Había una vez un chico al que llamaban Domingo Faustino. Dicen que nunca faltó a clase ni siquiera cuando llovía. ¡Qué gracia! En San Juan, donde nació, nunca llueve en época de clases.
En estos cuentos, Sarmiento no es un prócer. Es un chico. Un chico con un papá y una mamá, un chico que juega a los soldaditos, que tiene miedos y sueños. Un chico como vos.