En Paternal o en Retiro, en La Boca o Sarandí; en un conventillo, un vagón de tren, una casa suburbana o un departamento de tres ambientes, los tiempos son igualmente impiadosos. Pero algo puede cambiar los tantos por un día, un par de semanas, unos meses: una mujer angélica o perversa, un paquete de cocaína, un vecino acechando en el balcón, una historia escuchada en algún bar, unas copas de ...
En Paternal o en Retiro, en La Boca o Sarandí; en un conventillo, un vagón de tren, una casa suburbana o un departamento de tres ambientes, los tiempos son igualmente impiadosos. Pero algo puede cambiar los tantos por un día, un par de semanas, unos meses: una mujer angélica o perversa, un paquete de cocaína, un vecino acechando en el balcón, una historia escuchada en algún bar, unas copas de ...