Bruno Bergeron tuvo una adolescencia difícil que todavía se complicó más cuando vio entrar a su padre en clase con la cartera de profesor y gritando: «¡Me llamo Merlí y quiero que os empalméis con la filosofía!».
Al cabo de los años, recuerda los cursos de bachillerato que disfrutó con sus compañeros de clase, «los peripatéticos» para que su hermana Mina sienta cerca la figura del padre que nunca...