Antes de perder los ojos, el argonauta lo había visto todo. Y ya anciano, sentado al borde de un pozo, a cambio de pan o de vino, despliega su saber sobre criaturas fuera de regla, pueblos exóticos y comportamientos sociales excéntricos que contrasta luego con su realidad inmediata. Al igual que una fábula de Esopo, donde los animales presentan rasgos aplicables a los seres humanos, las breves fic...