En esta utopía, un viajero cansado de la “tiranía, la sofística y la hipocresía” se embarca en busca del conocimiento a través del Mar Académico, y llega a la isla donde se erige Cristianópolis. Su organización, análoga a la de un monasterio medieval, está basada en la práctica y enseñanza de la fe cristiana, en armonía con el ejercicio de la ciencia y la literatura. La moderación, la templanza, l...