Estos cuentos no los inventé yo. Los leí en otros libros. Pero no crean que es trampa: son cuentos que no tienen autor y por eso cada uno puede volver a contarlos como tenga ganas. Se encontrarán con cocodrilos que comen de golosina corazones de mono, un cuento chino que nos explica por qué los perros y los gatos se llevan tan mal, un cuento sobre la caída de un sapo y otro sobre una perdiz y un f...