Entre los años en los que los océanos anegaron la Atlántida y sus resplandecientes ciudades y aquellos en los que se produjo la ascensión de los hijos de Aryas, hubo una época insospechada en la que por el mundo se extendían reinos maravillosos como mantos azulados bajo las estrellas. Pero el más soberbio de todos era Aquilonia, que destacaba de forma suprema en el majestuoso Oeste.
Y fue entonces...