Si bien la novela es el territorio por excelencia de la imaginación, tampoco puede faltar en ella la apariencia de verdad. Y esto no se aplica únicamente a la novela histórica. Hasta una obra de ciencia ficción situada en un sistema con dos soles debe saber –y comunicar– qué pasaría realmente en un mundo así. Lo mismo vale para cualquier otro género: un policía debe comportarse como un policía, y ...