Después de la batalla con Katharine, la rebelión yace hecha jirones. La maldición de la legión de Jules se ha desatado, dejándola fuera de su mente y no apta para gobernar. Arsinoe debe encontrar una cura, incluso cuando la responsabilidad de detener la neblina devastadora recae sobre sus hombros, y solo sobre sus hombros. Mirabella ha desaparecido. El gobierno de la reina Katharine sobre Fennbirn...