Los remolinos de polvo barren veloces el abrasado Norte Grande, con sus ondulaciones rocosas, lagunas andinas, volcanes nevados, salinas y un litoral recortado. Tan famoso por sus observatorios en las montañas como por sus minas de cobre, estos inmensos espacios deshabitados conmueven el espíritu y avivan la imaginación. El principal atractivo del Norte Grande es el pueblecito de adobe de San Pedr...