En la fosa común de Pernafeites, en Miravet (Tarragona), yacen un centenar de soldados republicanos. Sobre sus cadáveres brotaron débiles los cerezos, como si —pese a todo— la vida y la belleza quisieran pasar página; pero el payés que trabajaba la tierra decidió, con su gesto —los versos nos lo cuentan—, que ganase la memoria. Esta voluntad la comparte Mario Obrero, una de las voces más rotundas ...
En la fosa común de Pernafeites, en Miravet (Tarragona), yacen un centenar de soldados republicanos. Sobre sus cadáveres brotaron débiles los cerezos, como si —pese a todo— la vida y la belleza quisieran pasar página; pero el payés que trabajaba la tierra decidió, con su gesto —los versos nos lo cuentan—, que ganase la memoria. Esta voluntad la comparte Mario Obrero, una de las voces más rotundas ...