Después de décadas de pujanza, la sociedad catalana se encuentra profundamente dividida. Los nacionalistas, llevados por visiones esencialistas y románticas, insisten en completar su proyecto de ruptura. La inversión extranjera en Cataluña se desplaza a Madrid y la economía renquea. El prestigio conseguido gracias al trabajo bien hecho y la cohesión social se desvanece. El empobrecimiento tiene lu...