«Sólo que aquí no hay remedos, ni parodias, ni figuras literarias, Ana. Me estoy muriendo de verdad. Y es un consuelo saber que lo último que hice, tal como si nos hubiéramos encontrado en el 1200, fue quererte. Fue esperar con susto y con un deseo terrible hasta poder tenerte».
Con un emotivo relato de despedida que por momentos parece ser una profunda carta de amor, Adriana, la protagonist...
«Sólo que aquí no hay remedos, ni parodias, ni figuras literarias, Ana. Me estoy muriendo de verdad. Y es un consuelo saber que lo último que hice, tal como si nos hubiéramos encontrado en el 1200, fue quererte. Fue esperar con susto y con un deseo terrible hasta poder tenerte».
Con un emotivo relato de despedida que por momentos parece ser una profunda carta de amor, Adriana, la protagonist...