Desde la Antigüedad, el asno y el mulo han padecido una injustificada mala reputación, a pesar de su generosidad, su resistencia al trabajo y la cantidad de servicios que han prestado al hombre. Destronados por la llegada del motor, estos animales, que tanto han contribuido a la riqueza de nuestro patrimonio, casi llegan a desaparecer. Ha sido la motivación de algunos apasionados y de asociaciones...