No vamos a tener, a partir de 1920, arquitectos geniales que creen algo impensado, pero sí van a surgir muchos constructores con ganas de reformar lo antiguo y de introducir una nueva sensibilidad estética en la pálida y enfermiza arquitectura española. Como el número de obras y de autores se multiplica por momentos y en la mayoría de los casos falta perspectiva suficiente para valorar la obra de ...