Una hoja de papel cualquiera en tus manos y el libro abierto; lee las instrucciones, mira los dibujos y dobla el papel, despacito y con cuidado... verás que, como por arte de magia, ¡la hoja de papel ha desaparecido y tienes ante ti un cisne! (o una rana o el animal que hayas elegido). Así de fácil y de divertida es la papiroflexia. Si practicas con frecuencia, lo harás cada vez mejor y, si además...