Esto no es un libro. Es una bañera. Y me preguntaréis cómo esta bañera puede tener estas esquinas. Es cierto que podría parecer un libro. Por aquello de las páginas o su olor, las cubiertas, el tamaño, todo este texto o la capacidad y ganas que tienen sus hojas de doblarse. Pero no. No lo es. Es una bañera. Una bañera de mármol, porque desde pequeña así lo he creído. Y cuando empecé a grabar en es...