Era de noche cuando los nazis le apresaron. Asomaba el sol el día que conoció a Niní.
Cuando a los dieciocho años el mundo te empuja a sobrevivir en barracones de prisioneros, a observar cada mañana la siempre humeante chimenea de un horno crematorio, a escuchar el sonido metálico de las vallas electrificadas, a soportar la crueldad de los soldados nazis, en definitiva, cuando a los dieciocho años...