¿Te atreverías a hacerte pasar por príncipe para ganarte la confianza de un sultán?
En 1803, el barcelonés Domingo Badía se dejó una barba frondosa, se vistió con chilaba y turbante y, bajo el nombre de Alí Bey, se infiltró en Marruecos en una emocionante misión de espionaje.
Este incansable aventurero fue un enamorado de la botánica y de la cultura árabe, y su carácter lo llevó a explorar paíse...