Un encargo insólito, experiencias vitales dispares y mucho surrealismo; con un cóctel así, no es de extrañar que el lector acabe por reírse de hasta su propia sombra mientras descubre dónde acaba el camino.
Permitidme empezar por el principio.
Me llamo Emilia y nada de lo que haga o diga en el momento que os sumerjáis en estas páginas podrá ser usado en mi contra. Bueno, no mucho.
La cosa empezó c...
Un encargo insólito, experiencias vitales dispares y mucho surrealismo; con un cóctel así, no es de extrañar que el lector acabe por reírse de hasta su propia sombra mientras descubre dónde acaba el camino.
Permitidme empezar por el principio.
Me llamo Emilia y nada de lo que haga o diga en el momento que os sumerjáis en estas páginas podrá ser usado en mi contra. Bueno, no mucho.
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