Amaba a su perro.
La vida lo levantó y lo sacudió por todos lados.
A trompicones y tambaleándose, a ciegas y en una búsqueda constante, se enamoró de las cosas verdaderamente bonitas.
Los corazones dulces lo calentaron con su brillo de amor.
Otros corazones le fallaron.
Se sentía desconectado y corrió por las calles buscando alivio.
En el proceso hizo cosas que atenuaron la luz de su propio corazó...