En las montañas chinas que forman la frontera con el Tíbet hay un lugar en el que las mujeres ostentan la propiedad de las tierras, son cabeza de familia y transmiten los lazos de parentesco. En ese valle no existe el matrimonio, las parejas por lo general no viven juntas y cada mujer es libre de tener tantos amantes como quiera. Sus hijos serán principalmente suyos, de la mujer, y el nacimiento d...