Hoy los votantes parecen actuar en mayor medida como hooligans que como ciudadanos reflexivos. ¿De dónde procede tanto apasionamiento y tantas ganas de tener razón a toda costa? Como muestra Mariano Torcal con precisión y gran riqueza de análisis empíricos, la polarización más preocupante es la afectiva: se trata del disgusto que nos provocan quienes no piensan como nosotros, de los odios, amores ...