Bélgica lleva cuatro años sumida en una grave crisis institucional. La separación del país es evocada todos los días en los medios de comunicación mientras las dos comunidades, la francófona y la neerlandófona, buscan una última oportunidad de convivencia en unas negociaciones que se eternizan. Mientras hablan los políticos, la división del país ya es un hecho en la calle. Los flamencos solo habla...