Jugando con geografías reales e imaginarias, con el tiempo y en el tiempo, el autor va construyendo un mundo único donde el amor y el dolor no son más que manifestaciones de un inequívoco destino. El ambiente sosegado e idealizado de la isla es el hilo conductor que nos permite ir descubriendo a unos personajes que mitigan su propio desgarro interior tratando de mostrar fortaleza ante la desgracia...