Inesperadamente: "Bing mantenía sus dudas. Zoe, a su entender, era digna de amor. Más, no por ello, aquellos hombres habían de amarla, desinteresadamente. Zoe Bianchi tenía mucho dinero, demasiado dinero para esperar sólo amor en la vida.
¿Y a él qué diablos le importaba que fuera más o menos querida? Era su amiga, su vecina, y cuando pasaba junto a su casa le sonreía suavemente y le decía buenos...