La primera vez que hablé con Andrés Rabadán fue en el año 2000. Desde el 2002 lo visito regularmente en la prisión de turno donde se encuentra hacinado.
Diagnosticado como enfermo mental después de descarrilar tres trenes y matar a su padre con una ballesta en 1994, Rabadán fue encerrado en un psiquiátrico penitenciario en el que debía permanecer durante 20 años si los psiquiatras no consideraban a...